top of page

¿A qué costo?


Solemos tener la mente tan enfocada en lo que podemos hacer, que nunca reparamos en si es prudente hacerlo.


El mito del progreso y el desarrollo nos han llevado al filo del despeñadero. La identificación de la vida buena con el american way of life significó, quizás, el cierre del trato para nuestra condena.

¿En qué medida aquello a lo que aspiramos no es la fuente de todas nuestras desgracias? No me refiero a un nivel meramente filosófico o espiritual. Tampoco apelo a argumentos del tipo: entre más desees, más careces. Por más que digan verdad, ahora me concentro en otra dimensión. ¿No nos hemos detenido a pensar que el modo ideal de vida que actualmente se defiende, se sostiene en el sufrimiento sistemático de millones? Ya sea si se haya conseguido este estilo de vida o se le siga aspirando, continuamos adormecidos sin querer aceptar que, sin un cambio en la forma de vida, todo esfuerzo de cualquier otra índole será estéril.


Nos sumergimos ante dilemas éticos sin salida fácil. ¿A qué costo unos cuantos pacientes tratan sus problemas cardiacos? ¿Cuántas comidas a niños y niñas equivale un trasplante de corazón? ¿Cuánta agua se gastó para la producción de la ropa que hoy usas? ¿A costo de cuantas vidas disfrutas hoy de una aparente seguridad? ¿Cuántas guerras tuvieron que librarse, y siguen librándose, para que vivamos en una paz armada? ¿Cuántos campesinos sin tierras para los estadios y divertimentos urbanos? ¿A cuantos asfixia tu inevitable sed de oxígeno?


¿A qué costo y a costa de quienes vivimos? No es un llamado a la culpa, aunque un poco de vergüenza no haría daño a la desvergonzada sociedad. Una libertad que no soporta ser limitada, como si la ausencia de límites fuera posible. Asumir la violencia que toda vida implica es, sin duda, uno de los primeros pasos en el camino noviolento. Dolerme de lo que cuesta la vida es aprender a valorarla, agradecerla y disfrutarla. Pero también es ser capaz de reconocerla, de cuidarla, de limitarla para que crezca, de transformarme en mis modos de vida para que la vida pueda seguir siendo.


En fin, como decía Gandhi, vivir simplemente para que otros puedan simplemente vivir.


Elías González Gómez

21 de septiembre del 2020

Guadalajara, México.

47 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

コメント


Publicar: Blog2_Post
bottom of page