top of page

UNA ECONOMÍA FEMENINA

Actualizado: 13 oct 2020


Cómo niña chiquita, no lograba entender cómo los artesanos, tan detallistas y minuciosos en su trabajo podían no ser pagados acorde a su talento. Simplemente no comprendía como pudiera ser posible que tantas veces la creatividad y el ingenio no eran premiados en nuestro modelo económico.


Poco a poco, fui creciendo y me fue transmitida esta idea del éxito, este modelo para el cual no existe otro camino que el “autosacrificio”, el trabajo duro y cómo dicen aquí en México, “la talacha”.


Me tardé un poco en darme cuenta de las deficiencias de este modelo, basado en una idea de explotación, de “profit” o ganancias lineares, que acerca mucho a los seres humanos a lo que Marx llamaba “trabajo alienado”. Lo que parece curioso, es que hoy en día, aparte de tratarse de un sistema opresor, parece también ser un modelo autoimpuesto, como si la gran mayoría de las personas escojieramos vivir desde este infinito hacer, hacer, hacer y nos rehusaramos a escuchar que debajo de este piloto automático, hay una voz que busca ser escuchada.


Pues cada uno de nosotros es único e irrepetible, tiene un color y un tono completamente propio, tiene una historia personal y un “por qué” totalmente individual. Lo que puede llegar a ser triste es ver como muchas veces nos autosilenciamos, censurando nuestros sueños y moldeándolos a los de una sociedad enferma, construida alrededor del dinero y la explotación.


Es por eso que esta idea de una economía femenina desarrollada por Jennifer Armbrust ( https://sister.is/proposals-for-the-feminine-economy ) o expuesta por otras autoras como Kate Northrup (https://katenorthrup.com/lets-do-less-together-an-invitation/ ) me parece completamente revolucionaria.


Este modelo plantea la creación de una nueva economía contraria a los valores de una economía "masculina" (enfocada más en el hacer, en el "profit" a cuesta de las personas, en el "overdoing", sacrificar tus emociones, etc.) en lugar de empresas o economías femeninas (enfocadas en la creatividad, el tiempo para sí, personas pagadas un salario justo acorde a su trabajo, la visibilización de la desigualdad, valores como la tierra, la naturaleza, el arte y demás).


¿Qué si en lugar de un modelo económico impulsado por la interminable necesidad de mayor capital tuviéramos un modelo más humano, creativo y auténtico? ¿Qué pasaría si las personas se atrevieran cada día más a seguir su llamado en lugar de seguir sepultando su lado creativo debajo de la máscara de “trabajo duro”? ¿Qué sí nos atreviéramos a mostrarnos como ese “verdadero yo”?


¿Qué si despertáramos?


Supongo que esta idea de una “economía femenina” nace de una infinita necesidad de libertad. De reconocernos realmente como lo que somos: humanos.



-Teresa Jacques Valenzuela

twitter: @terejacques

27 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Comments


Publicar: Blog2_Post
bottom of page